martes, 10 de julio de 2012

Amores que matan


Yo no quiero un amor civilizado,
con recibos y escena del sofá;
yo no quiero que viajes al pasado
y vuelvas del mercado
con ganas de llorar.
Yo no quiero vecínas con pucheros;
yo no quiero sembrar ni compartir;
yo no quiero catorce de febrero
ni cumpleaños feliz.
Yo no quiero cargar con tus maletas;
yo no quiero que elijas mi champú;
yo no quiero mudarme de planeta,
yo no quiero cortarme la coleta
brindar a tu salud.
Yo no quiero domingos por la tarde;
yo no quiero columpio en el jardin;
lo que yo quiero, corazón cobarde,
es que mueras por mí.
Y morirme contigo si te matas
y matarme contigo si te mueres
porque el amor cuando no muere mata
porque amores que matan nunca mueren.
Yo no quiero juntar para mañana,
no me pidas llegar a fin de mes;
yo no quiero comerme una manzana
dos veces por semana
sin ganas de comer.
Yo no quiero calor de invernadero;
yo no quiero besar tu cicatriz;
yo no quiero París con aguacero
ni Venecia sin tí.
No me esperes a las doce en el juzgado;
no me digas "volvamos a empezar";
yo no quiero ni libre ni ocupado,
ni carne ni pecado,
ni orgullo ni piedad.
Yo no quiero saber por qué lo hiciste;
yo no quiero contigo ni sin ti;
lo que yo quiero, muchacha de ojos tristes,
es que mueras por mí.
Y morirme contigo si te matas
y matarme contigo si te mueres
porque el amor cuando no muere mata
porque amores que matan nunca mueren.

Eso resume muy bien mi ideal de vida futura parejil. No quiero que se vea reducida a una mera rutina, la típica vida estable que todos desean. Yo lo que quiero es algo más, un amor de los de verdad, con alguien que se quede a mi lado, que ame vivir aventuras, hacer locuras, disfrutar de los pequeños momentos, sin miedo a nada, con las cosas claras, con su propia picardía, con cabeza y criterio propio, que no le haga falta que los demás le tengan que decir que hacer, que haga que cada día para mí sea nuevo y totalmente diferente. Que le encante viajar, conocer mundos nuevos, que luche por las cosas que quiere y que yo siempre esté ahí para ayudarla. Los amores que matan, nunca mueren, y por ello no debería haber ningún miedo, razón, corazón o conciencia que los separe.

No hay comentarios:

Publicar un comentario